La sopa permite una dieta equilibrada que se adapta a las distintas modalidades de recetas y sus consumidores.

La sopa permite una dieta equilibrada que se adapta a las distintas modalidades de recetas y sus consumidores.

La sopa es ideal para consumirla en días de frío, pues contribuye con nuestra hidratación, es fácil de preparar, ofrece bajo aporte calórico y puede resultar muy versátil y nutritiva.

Además, por su alto contenido acuoso, incrementa la saciedad y se ha demostrado que las ingestas posterior al consumo de sopa se reducen en un 20%, independientemente del tipo de sopa o crema ingerida, lo cual la vuelve una preparación ideal para quienes sufren de sobrepeso y obesidad y desaconsejada en personas con poco apetito o que intentan subir de peso.

Adecuada para todas las edades y siendo un plus importante en personas mayores que son vulnerables a deshidratarse, este plato es además altamente nutritivo debido a la gran cantidad de vitaminas y minerales que contiene. 

Sin embargo, existen algunas recomendaciones a la hora de prepararlas. La parte esencial: usar los productos adecuados.

Rinat Ratner, nutricionista de la Clínica Alemana, explica que para que una sopa sea beneficiosa para el organismo, se debe hacer con ingredientes naturales y con el agua de cocción del alimento que se quiera utilizar. De este modo, se saca el máximo provecho de los alimentos. 

En el caso de las verduras, éstas aportan vitaminas como caroteno, vitamina C y complejo B.

Según la especialista, los mejores ingredientes para preparar una sopa son, por ejemplo, la espinaca, la acelga, zapallo italiano y amarillo, champiñones, espárragos, cebolla, ajo y pimentón. 

La nutricionista también recomienda los aliños como albahaca, perejil, cilantro, comino, laurel, pimienta, ají y merquén.

En caso de hacer caldo de aves, es necesario retirar el cuero del animal antes de prepararlo. Si se usa vacuno lo ideal es que ocupar cortes con bajo contenido de grasa y, antes de consumirlo, dejar enfriar la sopa y retirar la capa de grasa que queda solidificada en la superficie. Otra buena alternativa son los caldos o caldillos de pescado. 

Con respecto a su consumo, la sugerencia es tomarla antes del almuerzo o de la cena para generar sensación de saciedad. 

Ratner comenta que para que este plato sea sano “lo importante es no agregarle crema de leche, mantequilla, margarina, tocino, leche entera, crutones, calugas de concentrado ni queso rallado”. Además, en el caso de las personas con ácido úrico elevado o gota, las sopas preparadas con carne no son aconsejables.

Si se prefiere, comprar sopas instantáneas, la recomendación es elegir aquellas que contengan menos de 140 mg. de sodio y menos de tres gramos de grasa por porción.

FUENTE: LA TERCERA

 

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